Libros
La actitud salvaje. Entusiastas del abismo
Barcelona, 2019
Este es un libro dedicado a nuestra actitud, lo único que tenemos disponible.
Estando a mano, a nuestro alcance, la mantenemos en un segundo plano, sin otorgarle la radicalidad que comporta y sin darle, por lo tanto, la importancia filosófica que alberga.
Huimos de nosotros y de nuestro entorno. Nuestra vida es un reflejo de ello: una búsqueda constante y hacia afuera de nosotros para suplir un vacío y una insatisfacción latentes.
Esta huida está relacionada con la ausencia de un pensar radical, de un pensar filosófico, de una actitud salvaje. En realidad, es una huida originada por un olvido. Siguiendo a Heidegger, dejamos de lado nuestro radical pensar (la actitud) arrastrados por el movimiento de un mundo que nos atrapa y enajena, es decir, que nos distancia de nosotros mismos.
Vivimos alejados de nosotros mismos aunque, paradójicamente, debemos vivir con nosotros
Acompañamiento filosófico
Barcelona, 2018
Poder hacer el camino hacia nosotros mismos (lo que queremos, cómo afrontamos la enfermedad y la muerte, cómo amamos, qué sentido nos damos, etc.) implica trascender nuestras creencias y abrirnos a un espacio de mayor libertad.
En su experiencia vital, Nacho Bañeras se ha sentido atraído hacia el magma de elementos, ideas, emociones y prejuicios que nos dan forma. Este magma, según sus palabras, «nos permite ser sujetos y, a la vez, nos sujeta a una cosmovisión compleja que implica una determinada manera de ver y vivir el mundo». Lo que posibilita nuestro ser también nos mantiene en un espacio limitado (la identidad) y, a lo largo de nuestra vida, tenemos la posibilidad de desenroscar esa madeja para conocernos y distanciarnos de lo que nos sujeta.
Decir lo que sentimos y sentir lo que decimos es conciliar las palabras con la mente. La experiencia filosófica es un camino para zarandear nuestras corazas, desvelar nuestros miedos y atender a nuestra libertad interna. Un camino abierto al que, constantemente, todos estamos invitados.
Barcelona, 2016
El ejercicio que aquí referimos es un camino hacia uno mismo. Un ejercicio, a la vez, estético, ético, político y existencial, es decir, un ejercicio filosófico, una ascética. Un ejercicio que no pretende, de entrada, saber qué hacer con nuestra derrota existencial, sino aclararla. Es aquí donde se sabe transgresor.
Esta derrota se condensa en la frase vivir es aceptar que tu vida no vale nada, en la que se reduce el sentir existencial de nuestras vidas.
Con una larvada insatisfacción interna, viramos la atención hacia un afuera que, edulcorado, ofrece alternativas para vagar la mirada, y la vida entera, encauzándonos en un movimiento fabril, sin poder alcanzar una ensenada donde hacer del vivir una experiencia honda y veraz.
Sabernos perdidos, engañados o derrotados es la manera más sencilla para darnos cuenta de que, efectivamente, esta vida que vivimos no vale nada.
Cargar las tintas sobre nuestro modo de sujeción (subjetividad) es abrir la senda para entablar un diálogo con nosotros mismos, zarandear nuestra inmovilidad y encaminarnos hacia el cuidado filosófico.
Sevilla, 2012
Askesis filosóficas mienta aquel conjunto de prácticas que un individuo realiza para alcanzar cierta methanoia (transformación). Enmarcadas en la tradición antigua del Cura sui (el cuidado de uno mismo), son una reivindicación de la filosofía como camino práctico de reflexión, actitud, diálogo y cambio.